Así que salimos de Bellingham a las 9,00, lloviendo. De camino, toca cruzar la frontera a Canadá, y como siempre, nos hacen bajar a todos, esta vez porque a mí no me sellaron el pasaporte al llegar, cosa rara, pero así es, así que toca preguntas tipo: dónde vivo, desde cuándo estás en EEUU?, estás aquí desde el año pasado? No, no, yo he entrado con mi familia el 21 de junio, todos juntos.... Al final le damos pena a la policia que nos ha tocado y nos deja seguir camino.
Decidimos ir al restaurante que fuimos con Colin, el día que lo conocimos, Top Gun Dim Sum; un restaurante chino lleno de chinos, con la carta en chino y tienes que escribir la comanda en chino, por lo que, por supuesto, pedimos ayuda es estas últimas tareas. La verdad es que siempre son divertidas estas situaciones. Esta vez, hemos comido a las 11.
Una vez en el aeropuerto, dejamos el coche de Colin en el parking que nos ha dicho, hay que coger un autobús hasta la terminal, qué emoción! Le mandamos su ubicación por mensaje (él llega esta tarde), facturamos, gastamos nuestros últimos dólares, y embarcamos. Primer vuelo de 10 horas a Paris y segundo de 2 horas destino Madrid.
El vuelo vuelve a ser bueno para todos, Carmen hace amigos con Rafael (el bebé parisino de al lado), Claudia duerme una siesta de 3 horas, Javier ve pelis, y el resto hacemos lo que podemos, comer, dar de comer, paseos al baño, distraer, intentar relajarnos... En París sólo tenemos 1'30 hora de transbordo, así que tenemos que darnos prisa!! madre mía qué locura, tenemos que coger ascensor, tren, cintas transbordadoras.... Son las 9 de la mañana, pero para nosotros y sobre todo para los niños, son las 12 de la noche, los últimos minutos, yo pensaba que no llegábamos, pobrecitos.. Conseguimos llegar a la puerta de embarque y ubicarnos en nuestros asientos. El avión tarda en salir, pero ya nos da igual, todos se duermen antes de despegar.
Vuelo feliz para todos. No tanto la llegada, que hay que despertar a la tropa y empiezan los gritos, salimos los últimos del avión. Qué mala suerte, no nos dan el carrito de Carmen a la salida del avión, ella va en la mochila portabebés, pero no nos hubiera venido mal, para llevar a alguno de los otros 2. Una vez en la cinta de las maletas (largo trayecto de lloros y gritos), tardan en salir, y el carrito nunca sale. ohhh se ha quedado en el camino, en el aeropuerto de París. Reclamamos y nos dicen que en un par de días nos llegará.
Continuamos la aventura: no sabemos en qué terminal estamos, preguntamos y estamos en la 2, así que tenemos otra pequeña excursión, nuestro coche lo dejó ayer Colin en la 1. Después del paseo, esta vez con carro, con Javier dormido sobre las maletas y Claudia sentadita preguntando que qué hacemos ahora y a qué casa vamos hoy, conseguimos llegar a nuestro coche, y 30 minutos después a nuestra casa: HOGAR DULCE HOGAR.
Restaurante Ton Gun Dim sum